domingo, 24 de octubre de 2010

Pies

La imagen recurrente de mis primeros encuentros sexuales es la siguiente:

Mis pies enmarcando la figura de mi amante. Manejados su antojo, para disponer mejor de mí.

Ya comenté que ésta es la postura que más me gustaba en mis inicios. Totalmente a merced del otro, abriendo mi culo de par en par. Pero también, a pesar de lo íntimo del acto sexual, marcando una distancia. Yo aquí (abajo) y tú ahí (arriba). Sin posibilidad de besos, caricias o un acercamiento más íntimo. Y en el caso en que de repente me diera por buscar algo más, serían mis pies los únicos con capacidad de llamar la atención de mi macho. Apoyándolos en su pecho o sus hombros. Dejando que se los lleve a la boca.

Los pies como timón de un macho gobernante
Sin darme especial cuenta le fui concediendo a la desnudez de los pies un valor erótico. Me excita poner las cosas en un contexto nuevo. Y el hecho de quitarme los calcetines ante otro hombre era la antesala de una de estas situaciones: mis pies desnudos plantados en el suelo del bosque con Goyo, mis pies desnudos puestos en el sofá de un desconocido, mis pies desnudos paseando por la sauna, mis pies desnudos tanteando el plato de ducha de un apartamento por horas, después de follar.

Es todo una cuestión de contexto: un pie desnudo en sí no me excita. No soy fetichista de los pies ni me motiva el simple hecho de lamerlos o que me los laman. Ni los calcetines ni los zapatos de ningún tipo. Pero aportan un nivel de intimidad al sexo brutal.

Dentro de este contexto de intimidad, me encanta sobre todo la sensación de abandono de un pie desnudo. No sólo en situaciones de relax, sino incluso durante el polvo. La mayoría de veces, todo el cuerpo trabaja durante una sesión de sexo: se busca la postura más excitante o cómoda, se toca, se lame, se abraza... y los pies quedan dispuestos como caen. Colgando en el aire o sobre un punto de apoyo. No hay nada en ellos que evidencie la tensión del momento. Volvemos a la eterna fuente de mis morbos: el contraste.
Hermosísimo galimatías de pies: tierno abrazo de los pies derechos, violenta pugna de los pies izquierdos

Así que os podéis imaginar el estado de excitación que me producen estampas como la siguiente:

2 comentarios:

  1. Cada día te superas =) me encanta

    Soy un joven muy interesado en poner en práctica todo esto jejeje Algún maduro interesado?

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  2. Anónimo, muchas gracias! Deja tu mail y ya... te llamarán :P Eso sí, si encuentras alguno potente... comparteeeee! ;)

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