lunes, 26 de abril de 2010

Fetichismos: bareback (ración doble)


Es una imagen tan perfecta que sobrarían los condones.

- Doble penetración. Y toda la alegría que conlleva un trío bien hecho.
- Panza peluda. Como debe ser en un activo.

- Manos. Me resulta casi entrañable la mano izquierda del peludito.
- Brazos. El antebrazo derecho es MUY sexy.
- Canas. Qué decir de las canitas del pecho...

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sábado, 24 de abril de 2010

Querido maestro

Lo de la atracción sexual por los profesores es un clásico, en ambos géneros y en cualquier orientación sexual. En mi caso el tema va más allá. Es una constante en mi vida. Tengo un instinto innato para acostarme con hombres cuya profesión es maestro. Uno de mis logros es haber tenido sexo con un profesor de cada uno de mis ciclos formativos. Algunos de ellos muchísimos años después y de forma totalmente legal, claro está.

Mis profesores

Posiblemente la inocencia de mis primeros años de escuela ha quedado ensuciada por mi perversión adolescente. Es muy poco probable que a los 8 años supiera lo que es el sexo. Por eso no creo que lo que sintiera hacia mis profes de esa época fuera atracción. Pero recuerdo a algunos por encima de otros. Y el recuerdo va indiscutiblemente ligado al físico. Sólo tengo que recuperar la inocente fotografía mental de uno de ellos desde mi presente hipersexual para empezar a fantasear mil y una perversiones.

Colgarte de un profe es bastante inevitable. Primero, por el contexto en sí: es un hombre maduro cuya misión es precisamente educarte, influir en ti, ejercer de ejemplo, inspirarte y hacerte crecer. Como alumno, debes estar receptivo, confiar en él y dejarte guiar. Luego, pasas con él muchísimas horas el día y es inevitable no hacerlo. No hay excusas para escapar. Y hay que buscar motivaciones para repetir día tras día.

Por otro lado, ofrecen todo el abanico de tipos de hombre. Los hay audaces, físicamente poderosos, tirando a jóvenes y con la fascinación de vidas activas. El ejemplo más tópico: el profe de gimnasia.

Con él dan ganas de "hacer sentadillas"

En este grupo entran también actividades extraescolares como el profe de inglés que habla en una lengua exótica y el monitor de campamento de verano con el que incluso llegas a bañarte en la piscina. Lo mejor es que con el tiempo te das cuenta de que posiblemente ese “maduro” tenía 24 años y te hacía de canguro en verano para acabar de pagarse la carrera.

También están los intelectuales. Más maduros y con un repertorio de atractivos más orientados al fetichista: canas, calvas, bigotes, barrigas… Las gafas suelen ser una constante muy sexy. Este es el grupo que curte realmente a un admirador de los maduros. Es fácil caer bajo el hechizo de un profe en chándal y zapas al que ves sudar bajo el sol. Pero excitarte con un antebrazo peludo manchado de tiza es lo que te diferencia de los demás. Sobre todo si el tipo tiene casi 60 años.



Los profesores de los demás

Como digo, tengo una extraña habilidad para acabar follando con profesores. Es algo que surge luego. Unas veces cuando ya está claro por el chat que vamos a quedar para follar. Otras, en la conversación post polvo.

Lo debo llevar dentro. Es algo que me excita a nivel paranormal. De esta coincidencia constante deduje mi tendencia a la subversión y la sumisión. Me atraen los hombres respetables de rasgos intelectuales que están dispuestos a usar su autoridad natural para hacerme llegar a situaciones de morbo total.

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