Un tío follándose a otro. Por lo tierno del culito y la espalda del pasivo, parece un chaval. Por lo que se ve del otro, es mayor. Típico y tópico. Además no hay pelos ni sudor. Pero aquí pasa algo y mi mente se pone alerta.
Tenía yo razón. Maduro follando a joven. El chaval es el claro ejemplo de por qué no me atraen para nada los tíos de menos de 30 años. El maduro no es mi tipo. Tiene cierto atractivo de cara, quizá sean las entradas y ese aire de vicioso. Pero qué menos que tener cara de vicio cuando estás con la polla metido en el culo de otro.
Aún así, hay algo que me atrae de un modo extraño.
Será que el maduro de cerca gana un poco más. Su punto fuerte sigue siendo su cara. Me gustan sus morros. Su boca es una abertura tentadora. A pesar de los dientes. Esto cada vez es más raro. Incluso siento cierta excitación al ver su nariz dilatada. El chaval de cerca es realmente poco atrayente. A pesar de su carita joven con una boca tentadora y una nariz dilatada.
Oh. Espera.
¿No se dan un aire?
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Ese cierto aire de familia dispara la imaginación, y nos decimos que tal vez, tal vez, tal vez se trate de una de esas parejas afortunadas de padres e hijos que comparten todo...
ResponderEliminar¿Por qué no? Los hay con suerte
jejeje yo creo que he leído demasiado a Josman, así que no puedo ser objetivo en este tema... Pero vaya, que en mi caso es una suerte no haber tenido suerte! :D Pero es bonito soñar los sueños de otros...
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