sábado, 30 de abril de 2011

Aquí te pillo, aquí te mato

Quien más quien menos, ha follado o ha sido follado en posturas poco honrosas o marcos surrealistas.


Hay veces que, como activo, la petada requiere de cortosiones extenuantes y de machacar los propios tendones buscando el apoyo donde sea para poder garantizar un bombeo sólido, consistente y, si se puede, placentero para las dos partes


Hay veces que, como pasivo, tienes que evitar peligros insospechados, como electrocutarte con el enchufe de la lamparilla de noche.


OK, un momento...


¿Bajo qué circunstancia se os ocurre retirar la mesita de noche para pegar el polvo? Y, en cualquier caso... ¿tan difícil era quitar la puta lamparita?

Si es que la polla tiene razones que la estética no entiende...


viernes, 29 de abril de 2011

Los pezones y Mr. Hyde

Lo mío con los pezones es de diván. 

Dentro de mis competencias de mamón emepedernido los pezones ocupan una categoría de honor. Son la delicatessen del chupeteo y la quintaesencia de la perversión freudiana.

Tener una polla metida en la boca me convierte en un maricón rotundo e innegable que goza de modo basto y explícito de su sexualidad. Siento si hiero sensibilidades con mi llaneza de lenguaje, pero para mí el sexo entre dos tíos no es natural. Pero es la perversión del acto sexual una parte importante de lo que me pone como una moto cuando follo.

Por su lado, usar la lengua para juguetear con un pezón ajeno desencadena toda una serie de mecanismos mentales que convierten mi condición de desviado sexual en una mera anécdota. Mi mamá a lo mejor me perdonaría si pudiera leer mi mente cuando felo a un señor. Pero seguramente caería fulminada si pudiera empatizar con mi estado si le chupara los pezones a ese mismo tipo.

Lo jodido es que generalmente es al revés. Quiero decir, que es el dueño de los pezones el que nota un gustito muy rico cuando tiene a alguien haciéndole un trabajo en las tetillas.

La mandíbula inferior proyectada hacia adelante. Los labios entreabiertos (unos morros estupendos, el cabrón). Los ojos cerrados y las mejillas con un hermoso rubor. No conforme con encenderme con esta posición de puro placer pezonero, el muy hijo de la gran puta encima exhibe una barba romana repuntada de canas y un pechazo de cagarse.

Nada que ver, por ejemplo, con esta pantomima de peli porno:


Bueno, pues no. Que me coman los pezones a mí me da un poco igual. Claro que está bien. Pero no deja de ser una zona más que chupetearme en la inmensidad de mi cuerpo chupable. Mi interruptor está más abajo.

A mí lo que me va es colgarme de un pezón. Obviamente, cuando coincido con un hombre de extrema sensibilidad en esa zona es un bingo sensacional. También sirven tíos que se han currado las tetillas hasta tener dos trozos de caucho a prueba de mordiscos. Por eso he acabado desarrollando un sexto sentido para los tíos con aberraciones de este calibre:



Al fin y al cabo, cuanto más consistente es el juguete, más recorrido tiene la rutina hedonista de mi lengua. Y sí, no lo voy a negar, más reminiscencias de la fase oral freudiana que tiene todo el asunto. Desviaciones...

Pero lo que suele desquiciar a mis amantes no es el hecho de follar con alguien que aparentemente no haya superado la fase del biberón. Lo complicado es que mi momento favorito para jugar a los bebés es fuera del acto sexual. En momentos valle, postcoitales o, directamente, cuando no hay ningún contexto sexual. Ha habido parejas que se han agobiado literalmente de mi alta voracidad sexual, confundiendo el lametón pezonil con un disparo de salido del enésimo polvo semanal. Otras, se han horrorizado por la regresión mental de un tiarrón como yo que, con el culo reventado y la polla en carne viva, se pone a succionar mamella como para pasar el rato.

Yo no sé si es grave o qué. Pero me lo paso muy bien, la verdad.






jueves, 28 de abril de 2011

Tipos que se lo montan bien. Hoy: Daddy Mugs


¡Hola! Soy Daddy Mugs. Por las pintas os podré parecer un cerdo. Y no me refiero sólo al hecho de que tenga la casa como una leonera. ¿A que parece que esté dispuesto a pasarme el domingo por la tarde pelándomela como un mono delante de mi web de porno preferida?

Caliente, caliente... ¡Pero no!


En realidad YO soy mi página porno preferida.

¡Fanfarria!

La culpa es de Bush. Yo no quería. Yo era feliz dedicándome a la industria del motor, algo muy noble y muy de macho. Pero la empresa que me daba el sustento quebró. Y no se me ocurrió mejor modo de ganarme la vida que dedicándome a otra de mis pasiones:

¡Los veinteañeros!
Así, con ellos puedo seguir haciendo cosas de macho. Porque aquí el daddy soy yo. Así que ya saben lo que les toca:



Y la verdad es que funciona, el rollo. Sin ir más lejos, al autor de este blog lo vuelvo loco con mis fondeces de americano medio aficionado a la cerveza pero con cierto trote en los deportes típicos de las barras y estrellas. Y mis pelitos entrecanos tienen un morbo brutal, eso me dicen todos.

Mirad esta foto, por ejemplo:


¿Notáis que las piernas del mequetrefe este son igual de anchas que mis brazos? No estoy mal de hombros, ¿eh? Pero al mismo tiempo me he dejado crecer una barriga muy de papi, que así en este escorzo genera toda una dinámica de pelos que los vuelve locos.

Y no, por más que mis producciones tengan el auténtico saber del hogar americano el chaval no me está oliendo una pantufla. Si hacéis click en la imagen veréis que me está quitando el calcetín con la boca. Porque yo soy muy muy de pies.


De hecho tengo incluso una web entera dedicada a los pies de chavales veinteañeros. Pero, bueno, en el fondo le doy a todo. Tengo escenas de follefolle normal y básico. Pero cuando me da el punto soy capaz de ponerme en plan leatherón o de trajeycorbata, que son rollos que también tienen predicamento entre la audiencia. Total, a mi me cuesta el mismo esfuerzo, que es básicamente quitarme la ropa y meterla en caliente.


¡Así que ya sabéis! Me he follado a más chavalitos de los que vosotros podréis a llegar a soñar nunca y, además, me pagan por ello. Sin necesidad de fichar por una productora explotadora ni de hacer más ejercicio que el levantamiento de birra. ¿O es que Jack Cruise iba a ser el único?

En fin, os dejo, que han llegado un par de amiguitos.


Y como podéis comprender el ver los calcetos que me llevan, resulta URGENTE arrancárselos, aunque sea a bocados.

¡Hasta la vista!

martes, 26 de abril de 2011

El follador follado


Insistiendo en las mamadas... qué poderosa es esta foto.

¿Algún activocentrista es capaz de decir que al maduro en cuestión le están follando la boca?

Esos brazos, esas manos, están dominando completamente la escena. Ese modo de estrujar la nalga izquierda del muchacho resulta definitiva. Casi parece que esté exprimiendo el recipiente para asegurarse hasta la última gota de semen.

El pobre chavalín estaba condenado de antemano. Esa postura precaria, a punto de caerse a pesar de tener la postura dominante, sólo hace que confirmar lo que el fantástico físico del maduro indica a las claras.

Esas planchas que tiene por pectorales, el vientre firme, las venas de sus muslos... todo en este tío es sólido. Hasta la perfecta bola que forman sus cojones. Los amantes del vello quizá hayan arrugado el ceño frustrados por ese pubis recortado. Pero, ¿acaso el resto de pilosidad de este madurazo no compensa cualquier retoque estético?

La masculinidad de este pedazo de ejemplar de hombre está tan fuera de toda duda, irradia de un modo tan rotundo... que por más que tenga claro que el jovenzuelo es un niñato sin gracia casi me dan ganas de penetrarlo a traición en ese momento de torpe debilidad. ¡La testosterona está en el aire!

lunes, 25 de abril de 2011

Bearcelona

Semana Santa es sinónimo de Bearcelona, la convención internacional de osos y alrededores. Del mismo modo que el puente del Pilar es para Guadalkibear y el puente de la Constitución es para Madbear, todo el mundo sabe que en Pascua hay que ir a Barcelona a quitarse la camiseta. Aprovechando el repunte lujurioso de la primavera y el hecho de que el lunes es festivo en la ciudad, un montón de gente se congrega en una exaltación del pelo y la grasa.

Ya expliqué resumidamente mi acercamiento al mundo osuno a través de internet. Me fascina cómo ha ido evolucionando la movida bear, hasta el punto en que en el macroevento mariclubber del momento tiene una parte dedicada a los osos.

Al principio yo era bastante escéptico con este tipo de KDD. Porque al principio eran eso: KeDaDas. O sea, la gente de una misma ciudad que se conocían virtualmente acababan quedando en masa por aquello de estrechar los lazos.Yo era joven e irreflexivo, así que increpaba a mis cyberosos sobre lo grosero de montar orgías públicas con tanta desfachatez. Nos enzarzábamos, así, en discusiones flamígeras donde ellos defendían los valores osunos (fraternidad, buenrollismo, diversión...) y yo pretendía desenmascarar su vicio (bearvoyeurismo, bearbollerismo...).

Posiblemente ése era el problema: el bearcentrismo. Estamos hablando de hace más de 10 años. En aquél entonces yo era un efebo delgado que rozaba apenas la veintena. Lo que se viene a llamar un chaser, habida cuenta de que me molaban tiparracos enormes y llenos de pelo que la mayoria de veces me doblaban la edad. El mundo, y concretamente el mundo bear, puede ser muy cruel. Y excluyente. Así que una reunión de osos no era precisamente el ambiente más amable que podía imaginar. Que me dijeran que era una cosa de hermanamiento y fraternidad, por tanto, me daba la risa floja. Y cierto odio fruto de la envidia de no tener ni las carnes ni los pelos para formar parte de la pandilla. Pero, al mismo, tiempo, tampoco iba tan desencaminado si, precisamente, lo de sentirse bienvenido en la fiesta era una cuestión de físico.

Como siempre, la verdad se encuentra en un punto medio. POR SUPUESTO que el sexo está omnipresente en una reunión de homosexuales que comparten los mismos gustos. Y POR SUPUESTO que uno puede asistir a absolutamente todas las fiestas del evento y salir virgen. Sí, una de ellas se desarrolla en una sauna gay. Pero, ¿acaso no hemos salido todos alguna vez de una saun gay sin haber consumado? Pues eso.

Sea por lo que sea, lo cierto es que las primeras reuniones fueron un éxito. Obviando cualquier chiste barato, lo cierto es que los asistentes pronto desbordaron los consabidos locales bear de la ciudad. O sea, el par o tres que había. Así que el evento pronto tuvo que ir buscando otras localizaciones fuera del gueto y crecer a lo bestia. Algún día alguien escribirá sus memorias sobre esos años y narrará las guerras de poder interinas. 

La eclosión de Bearcelona me pilló ya desenganchado del mundo oso. Aun así el evento me perseguía y seguía consciente de su presencia año tras año. Así que tengo mi propia perspectiva de cómo el evento se fue abriendo a cada vez más público y haciéndose cada vez más visible. Incluso hubo un año en el que llenaron el Eixample de banderolas publicitarias.

Ahora caigo en que Bearcelona-evento ha fagocitado totalmente a Bearcelona-organización. Recuerdo con nostalgia esos tiempos en los que me colaba en la página web de la organización furtivamente para ver las fotos de los integrantes del grupo y leer su lista de correo. Ahora en esa misma web no hay ni rastro de personas, sólo de eventos. ¿Hasta qué punto están los unos detrás de lo otro?
Siendo Bearcelona lo que es ahora, un evento con miles de personas congregadas en una gran ciudad, está claro que el factor orgía es mucho más accesorio que antes. Ahora de verdad hay gente que va ahí a pasárselo bien sin quitarse la ropa. Aunque las camisetas vuelan a la mínima. Eso es parte de la iconografía del evento. 

Entonces.. si ahora Bearcelona es realmente una fiesta abierta, aunque sea por motivos de pura estadística demográfica, ¿por qué sigo teniendo problemas con ello? Once ediciones y sigo sin haber pisado una sola de sus fiestas. Y eso que ahora he ganado carne suficiente como para encender a más de uno y de dos osobollos. Pues ni idea. Supongo que porque la idea misma de aglomeración me causa pereza. Y que las fiestas osas se diferencian poco ya del rollo clubber de lo que en mis tiempos llamábamos musculocas.

Sí, queridos lectores. Soy como la gata Flora. Pero estábais avisados: tengo un blog.

sábado, 16 de abril de 2011

El espejo del alma

Hay tipos que, puestos en faena, dan absoluto terror. Da igual que sean profesionales...


... o amateurs...


Siempre he sostenido la teoría que la psicología del activo es radicalmente violenta. De ahí que describamos polvos que nos molan como "follar como animales" en vez de "follar como personitas cabales y ordenadas".

"¿No me habías dicho que eras el único negro con el rabo chico?"
El porno suele ser un festival de caras tan exageradas como los mismos polvos que se plantean. Lo malo es que, con el tiempo, tendemos a reproducir estos teatrillos de pasiónes aunque sea inconscientemente. Yo mismo me he encontrado gruñendo como un cerdito mientras un tío me comía la polla y, de repente, me he dado cuenta que ni siquiera había como para echar un suspiro de vez en cuando.

Por eso me gusta especialmente encontrar atisbos de verdad en las imágenes sobrepreparadas con las que nos bombardeamos a diario.

Me encanta este activo y su cara de concentración y placer contenido. Lo de ser activo requiere precisamente esto: coordinación para no parecer un perro desmañado, control para no correrte a las dos embestidas y, por supuesto, un margen para el disfrute personal.


Lo mejor de la foto: que es reversible:


Me vuelve loco esa tensión en la frente del pasivo. Claro que con ese pecho ligeramente peludo y esas entradas en las sienes podría estar soplando un matasuegras, que me gustaría igual.

Nunca he entendido esta pretensión del hombre por tener clítoris en el recto. Admiro a estos ejemplares de macho con un culo hipersensible que se derraman al mínimo contacto. Debe ser una auténtica tortura contener el orgasmo cada vez que van a cagar y el zurullo refriega todas esas terminaciones nerviosas tan sensibles.

¿Que da gustito que te follen? Hombre, pues claro. Yo soy el primero en manifestar que tengo un interruptor en el ano. Pero, de verdad, no hace falta tanto aspaviento.

Que te den por culo debería ser algo más así:


Me refiero al pasivo que tiene un momento de complicidad para mirar atrás y sonreir al tipo que lo está enculando. Y ya de paso dilatarse entero por la visión de ese cuerpo sudoroso y esa tensión de macho cabrón petaculos. Por que sí, esa cara congestionada y esa manera de entreabrir la boca también son muy como debería ser.

De todos modos, hay que saber encontrar el equilibrio. Ya digo que follarte a alguien requiere de mucha ciencia y trabajo. Hay que ser considerado y agradecido. Igual de malo que ignorar al otro es sobreactuar. Debería haber un momento para las sonrisitas picaronas y otro momento para las lágrimas y el sudor. Insisto en que en la mente del activo él te está petando el culo, reventando el ojal. No haciéndote un masajito.


Me encanta esta foto: un activo que posee literalmente las caderas de un chaval y que está a lo que tiene que estar. Controla con las manos y se fija en lo que hace con la polla en ese culo hermoso. La concentración le sale a chorro por los poros de las sienes. El resultado: perfecto. El pasivo lo está gozando de un modo tan intenso que hasta su polla se ha olvidado de replegarse en el típico cacahuete al que quedan relegados los penes durante la penetración. Pero lo mejor, el detalle que vale MILLONES, es ese abrazo, esa mano sobre el hombre del segundo papi y esa cabeza recostada contra su hombro. ¡Cuánto amor en una foto tan cerda!

lunes, 11 de abril de 2011

Viejos conocidos

El de Recursos Humanos
Aparición estelar: Fotonovela: El piscinero

Para que podáis proceder al pajote sin intereferencias de chistes malos, ofrezco la galería de imágenes completa y sin editar. Fusilada de algún otro blog amigo, por supuesto.













sábado, 9 de abril de 2011

Pellejudos

Las pollas con pellejo son maravillosas.


No hay mejor jueguete que una polla con pellejo. Cuando hay que relacionarse íntimamente con un miembro viril el prepucio es el 70% de la excitación: para arriba, para abajo, por dentro y por fuera.

Pero además de ofrecer variadísimas posibilidades de interacción, un glande envuelto amorosamente por una mantita de piel me provoca escalofríos.


Esta foto era dificilmente mejorable con tantas excelencias que tiene el chico: un cuerpo maravillosamente modelado, enfatizado por una luz amable, y una exaltación pilosa en cada detalle, incluido el vientre. Pero ADEMÁS de todo eso, la perfecta circunferencia de la boca de su prepucio es poderosamente hipnótica.


Incluso en situaciones de relax absoluto, el pellejo sigue atrapándome. Una polla mustia es una promesa de algo realmente bueno. Hay quien abomina de los prepucios precisamente a causa de esta sensación de piel muerta y sin vida, todo colgajo. Pero para eso estamos nosotros, ¿no? Para levantarlo y llenarlo de vida.


lunes, 4 de abril de 2011

Dos de seis

El rugby es, posiblemente, el deporte con el que más se estimulan los amantes de los tíos recios. Bueno, con el permiso de la lucha en aceite, que el Kirkpinar turco ha dado materia para muchos pajotes.

A mí jamás se me había pasado por la cabeza documentarme sobre rugby. Hoy en día hay toneladas de carne disponible sin necesidad de hacer investigaciones. Pero claro, de repente, en un blog vecino, te encuentras con este pedazo de tiparraco:

John Hayes, rugby player
La verdad es que a lo que se dedique semejante morlaco es irrelevante. Yo sólo quiero derrarmar todos mis fluidos sobre ese cráneo brillante. Colocar mis pies en esos increíbles hombros para afianzarme durante sus embestidas. Claro que ahora caigo, joder. Precisamente el cuerpo de este bruto se ha construido para ser un ariete. ¡Ahora entiendo qué le ven al rugby!

Irremediablemente indago sobre este nuevo motivo de desvelo. Es curioso que no sepa el nombre de un porcentaje elevado de tíos que me han follado, pero en cambio me interese por los detalles de pajeos cibernéticos. El caso es John es irlandés, con lo que el factor guiri añade carga erótica al asunto. Pero además parece tener sangre de orco de Moria:


Todo me lleva al tío Hairy. La primera foto, con ese WET descomunal que seguro que le provocado un trallazo súbito. Las orejas "desabrochadas", de las cuales una se ha llevado un buen muerdo en la segunda foto. ¿Habrá sido el tito H. el causante de esa lesión?

De todos los viciosos que conozco por aquí, él es el que más puesto esté en esto de correr con un melón agarrado. Ahora no recuerdo de cuál de las seis naciones es, pero de por ahí era. Seguro que, si se lo pido, me invita a ver un partido juntos. Como es tan amable, querrá explicarme las reglas. Aunque si hay Guinness de por medio y johnhayeses por todos lados no creo que escuche demasiado. Probablemente salga más a cuenta ponernos en plan ese plan "me gusta el futbol" que tanto morbo me da con los papis castizos: comerles la polla durante 90 minutos, desnudito desde el suelo. En ese caso, nota mental, no deberé beber demasiado, porque a lo que yo me meta en el estómago deberemos sumar las pintas que suelte el tito por su rabo. Y si su equipo preferido pierde, mejor: le diré que descargue su rabia azotando mis nalgazas peludas.

¿Veis como el rugby me hace desvariar?

Pero no soy el único. Lo siguiente es una búsqueda genuina y sin retocar sobre otro jugador de tan entretenido deporte, Ben Cohen:


Creo que no necesito explicar por qué sólo dos de entre todas las imágenes que aparecen como destacadas están vinculadas con lo estrictamente deportivo. Os pondré una en grande porque a estas alturas tendréis la mano del ratón ocupada y hacer click en la foto de arriba es un esfuerzo:


Así que tenemos a un irlandés y un inglés. Escalofríos me da pensar lo que me deparan las cuatro naciones restantes. ¡Y vértigo es lo que siento cuando me anime a cruzar hasta Oceanía!


¿Lo de "kiwis" es por sus cojones?


domingo, 3 de abril de 2011

La perfección tiene pies

Y la perfección no es, para nada, un término absoluto. Así que no exagero.

Está la perfección del daddy amable. Del padre de familia, presidente de la comunidad de vecinos y que acude a misa el domingo. El que lee un cuento a sus hijas cada noche antes de acostarse. El que se mantiene en forma jugando al pádel con los compañeros de oficina. El que renuncia a usar Grecian 2000 porque ya no hay forma de disimular las canas que asoman por el cuello de la camisa.


Y me da igual que la uña de un pulgar parece que se le vaya a desprender tras un incidente necroso: me lo comería por los pies.

Luego está la perfección del cerdaco. Del tipo cuya mezcla de características dérmicas y pilosas ofrece una constante sensación de suciedad. De sudor rancio y penetrante. De sexo bruto y animal. Veo a un tío así y me dan ganas de vaciarle todo el cargador encima: tanto los trallazos de lefa como las rafagas de mi vejiga. Parece lo natural, dadas las circunstancias. Como también es lo lógico que me acabe abriendo el culo horadando con esa mándibula de cerdas níveas. O con esas manazas peludas, también me vale.



Pecando de inocente, diría que el efecto conseguido con el escorzo de la pierna izquierda del cerdaco me pertenece sólo a mi. La hermosísima perspectiva del pie y la preternatural cualidad del pelo de la pierna, que alcanza el clímax en la rodilla doblada. Pero estoy seguro que si esta foto ha llegado a este blog ha habido miles de maricones antes que se la han pelado como un mono ante esa misma rodilla.

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