Un nuevo caso de tío al que no miraría dos veces si no fuera por un argumento de peso: esa maravillosa mata rojiza que tiene entre las piernas. Me vuelve loco incluso viendo que se la recorta. Pero afortunadamente esa hermosa polla dura hace que la imagen sea perfecta.
Reforzando poderosamente el conjunto: la barba. Este generoso chico es consciente de que nos decepciona no poder disfrutar de su vello especial en el pecho. Por eso nos lo vuelve a ofrecer en su cara. Posiblemente su madre le diga que le hace parecer mayor. Afortunadamente, las madres siempre tienen razón.
Pues a mí no me atrae para nada la especie de los pelirojos, así que el muchacho de la foto no me gusta, ni siquiera aunque tenga barba. Es más, me da un poco de repelús que tenga el vello púbico color zanahoria.
ResponderEliminarEso sí, no sabes como envidio ese cuerpazo sin un átomo de grasa. Así también me ponía yo en bolas en las playas.
Un beso
Ahí ha puesto encima de la mesa un dilema que siempre he tenido: ¿vale la pena tener un cuerpo fibrado o musculado? Ahora que el osete soy yo, a veces lo pienso. Cuando era delgado y deportivo no había cosa que me frustrara más que entrarle a un oso y que me dijera que le iban como él. Ahora que tengo barriga gozo de cierto éxito adicional.
ResponderEliminarAunque de todos modos, siempre habrá ese tío maravilloso al que no le gustemos por el motivo x, así que decidí preocuparme menos jejeje Quizá por eso ahora me follaría cuerpos como el del chico de la playa en vez de desearlos para mí... ¡quién sabe!