sábado, 20 de noviembre de 2010

Hijos de Albión

Me ponen los hijos de la Gran Bretaña. Todos en general, pero hay cierto fenotipo que me vuelve loco:
Como tengo poco trato con este tipo de personajes importados del norte, nunca he tenido ocasión de comprobar si estos rasgos característicos y esta tez rosada son propios de cierta raza en concreto. Es como cuando digo que me ponen los japoneses y, en mi ignorancia, acabo masturbándome con fotos de chinos, filipinos o incluso latinos.

Esto es como todo: al final puede más la fantasía. Y los ingleses (por abreviar, no se me ofendan galeses, escoceses, irlandeses y demás) dan mucho juego.

Sir Daddy

Tenemos al británico afable y refinado. El gentleman. El mentor. Impecable en sus modales y en su vestir. Traje. Corbata. Zapatos relucientes. Culto y conversador.

Pero yo soy de los que piensa que Higgins se le acabó metiendo a la Doolittle, deliciously low y horribly dirty como era la muy zorraca. No en vano, el término "disciplina inglesa" evoca profesores viciosos y con una vena sádica importante.


Pig Daddy

En el lado blue collar tenemos al cerdo de zona industrial. La tez rosada de este se debe más probablemente a su alcoholismo socializado. Saldrá del pub a gatas, pero no descansará hasta ponerte a ti de cuatro patas para petarte bien el culo. Su concepto de disciplina inglesa es menos refinado: directamente te muele a palos en cualquier momento de fervor etílico. Cabe decir que seguramente le recuerdes a su esposa. Tanto como cuando se corra en tu recto como cuando te hostie.
Por supuesto, cualquier punto medio del espectro es posible. De hecho, con un británico nunca puedes estar seguro de nada. Me excitan las contradicciones y las paradojas. Y una sociedad como la británica está llena de ellas. Como la japonesa: tanta formalidad aparente esconde algo muy sucio y húmedo. Me encanta.

Ahora caigo, de hecho, que mi querencia por los pelirrojos puede ser una parafilia derivada de ésta. No sé. Casi estoy llevando mi autoanalísis muy lejos.

Lo que sí es cierto es mi fetichismo hacia este tipo de rasgos. Sólo así se explica que me inflamen por igual hombres entrados en años y yogurines.
25 años y ni un pelo en el cuerpo. Pero ojalá lo pillara saliendo del pub.
God Save the Queen

6 comentarios:

  1. Me he partido de la risa con lo de ostiado por el Blue Collar!!!

    Por cierto, el yogurín Rooney es de natural velludito... lo digo por si tu parafilia pelirroja no lo tenía ubicado. Ya te enviaré alguna fotillo.

    ‘Boiled’ kisses

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  2. También aquí compartimos gustos, Con maduros, sobre todo en lo referente a los, como tú llamas, “pig daddys”. No voy a hablar de las indiscutibles virtudes que como director de cine me merece Ken Loach, pero no puedo evitar, viendo sus películas, sentirme fuertemente atraído por sus personajes masculinos. Me gustan estos hombres completamente desacomplejados de sus físicos, tan alejados de los cánones de belleza masculina, y si me gustan tanto es, precisamente, porque irradian masculinidad.

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  3. A mí no me gustan los tipos de piel rosa porcino, pero, hum..., me ha encantado Sir Daddy, con esa sonrisa...

    Un beso

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  4. @Hairy: pero cómo que Rooney es peludo??? Ya lo que me faltabaaa!! Ay madre... si es que al final, por más que piense que voy contra mi instinto, es que mi radar es mucho más poderoso de lo que me pienso...

    @Albert: de hecho Peter Mullan es uno de los famosos que tengo en la recámara.

    @Conrado: apunto! de hecho tengo más de Sir Daddy (algunas cosas muy raras) así que te lo pondré en algún próximo "Viejos conocidos"

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  5. mmmm sir dady es una cosita que se antoja comerse con todo y todo es todo aunque yo apenas establesco mis gustos y sir dady es uno de ellos aunque prefiero los musculosos altos y peludos del pecho y recortado del puvis mmmmm mmmmmm

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