martes, 31 de agosto de 2010

Remolino rojo

Si yo fuera un experto en Photoshop y pudiera cambiar el color del vello de este hombre como por arte de magia, creo que me pondría igual. Moreno, castaño, rubio... da igual. 

Los dibujos que conforma el pelo en el pecho de un hombre me resultan fascinantes. No me he parado a describirlo minuciosamente aún en este blog. Creo que mi nivel de filias sexuales es demasiado abultado para volcarlo todo de golpe.

De éste me encanta la espesura entre los dos pectorales y el modo en que los pezones quedan enmarcados. También la llamarada que trepa por la parte superior del pecho.

Pero luego, además, por supuesto: pelirrojo.

lunes, 30 de agosto de 2010

En tensión

No sé qué coño pretendes haciéndote una foto en esta postura. Mucho menos cómo se te ocurre colgarla en Internet para que cualquiera pueda verla. La primera impresión al verte fue que eras un imbécil haciéndote el original fardando de músculos.

No eres osuno: ni gordo ni velludo. No eres especialmente mayor. Ni impresionantemente cachas. Jamás me fijaría en ti en circunstancias normales. Pero... ¿qués es lo normal?

¿Es normal que de repente me atraiga el perfil de tu cabeza? No creo estar muy cuerdo si me evoca cierto sentido de nobleza. De masculinidad. Tienes una entrada pronunciada. ¿Acaso esa promesa de calvície puede acentuar mi excitación? Tienes canas en las patillas. ¿Puedo estar tan loco por el pelo blanco que me motive lo que puede ser un simple reflejo de luz?

Ya ha empezado y no creo que pueda pararlo. Los pies. Los pies no entienden de osos o lobos o gatos. Son siempre hermosos y siempre sexy. Maldita sea, ya me has encendido. Y como un incendio me propago por tus piernas, que ahora  veo con otros ojos. Las tienes colocados del mismo modo que las tendrías sobre mis hombros cuando te folle.

De repente caigo: me atraes en esa foto porque falto yo. El hueco soy yo. El espacio que dejas en tu postura ridícula y forzada lo tengo que llenar yo. Y la tensión teatral de tus músculos, la vena de tu hombro, las arrugas de tus abdominales, tendrán sentido cuando yo te retuerza a golpes de polla.

Imbécil.

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domingo, 29 de agosto de 2010

Agujeros húmedos

Es superior a mí.


Cualquier campaña de concienciación se destruye ante este tipo de visiones.

sábado, 28 de agosto de 2010

Contrapicado

Mi naturaleza sumisa hace hincarme de rodillas ante un ejemplar poderoso de macho. Es una posición natural para mí y por eso todas las fotos que veo de hombres en contrapicado me llegan de un modo especial.

Estar de rodillas es una experiencia de sumisión fantástica. Para mí es disfrutable en sí misma. Es el reconocimiento implícito de la superioridad del otro. Es la dulce espera del momento en el que serás requerido. Es la oportunidad de admirar al hombre al que te estás entregando desde una postura dócil y relajada. Es la tensión de estar tan y tan cerca del miembro viril de alguien así.

Si además el hombre es como éste... soy capaz de cualquier locura. Esas manos son intensamente hermosas. Ideales incluso en la elección de la postura. La definida barriga peluda y los pectorales rematados por pezones son la perfección. Y a pesar de que la cara de este macho quede relegada a un plano secundario, la elección de dejarse esa barba cana es de una sabiduría acojonante.

Detalle final: no, no mencionaré la polla. No puedo dejar pasar el hecho de constatar una vez cómo me excita esos calcetines blancos asomando por lo que parece una bota bruta y tocha. Babeo.

viernes, 27 de agosto de 2010

Saturno dándole su merecido a sus hijos

Internet tiene estas cosas, que todos acabamos colgando las mismas fotos a pesar de lo grande que es la red y de la afición que tiene la gente por desnudarse. Pero a pesar de esto siempre descubres alguna sorpresa, como la segunda parte de la foto que colgaba el otro día.

La sorpresa incluye darme cuenta de que uno de los hijos, el más irreconocible de todos en la foto anterior por estar centrado en su papá, es un viejo conocido mío: Jake Mitchell, estrella de HotOlderMale.

El mundo es un pañuelo. Y un pañuelo es lo que necesito ahora mismo después de este subidón.

lunes, 23 de agosto de 2010

Correo de los lectores: "Me vuelve a suceder"

Hoy presentamos a otro lector que se atreve a participara en este blog. Me hace mucha ilusión que a la gente le guste tanto que se anime a contribuir. Si los comentarios siempre me alegran el día, imaginaos lo que es recibir este relato.

Muchas gracias a este par de manchegos, por el buen rollo y la contribución.


Me vuelve a suceder. Parece increíble; más bien diría que es ridículo, pero no puedo evitarlo. Hace ya cinco largos años que mi pareja y yo, tras una larga, densa y profunda conversación decidimos que ambos deseábamos tener sexo con un tercero de vez en cuando. Fue un pacto de pareja donde marcamos unos límites y establecimos unas normas inviolables.

Cinco largos años llenos de muchas experiencias, la mayoría de ellas positivas y que no han hecho sino reforzar nuestra unión en contra de lo que en un principio pudiera parecer.

Cinco años y sin embargo me vuelve a suceder: cada vez que se va a producir un encuentro con un tercero, generalmente un desconocido al que hemos contactado por internet, aparecen los nervios, mi timidez se dispara a límites patológicos, el corazón se dispara y un molesto rubor facial me delata.

La megafonía del aeropuerto anuncia que el vuelo procedente de Barcelona acaba de aterrizar, ya sólo quedan unos minutos para el encuentro con nuestro contacto y siento que las piernas no me sostienen.  Mi pareja es más comedido, también está nervioso, expectante; pero sabe cómo controlar la situación. 

Se abren las puertas corredizas y allí está. Como casi siempre ocurre es irreconocible, bastante distinto de la imagen que nos hemos podido hacer de él basándonos en las fotos que hemos intercambiado. Suponemos que también para él será igual, que tal vez somos muy distintos a la imagen preconcebida.

Un saludo rápido, cuatro palabras de cortesía y le invitamos a subir al coche e ir a casa a descansar y asearse un poco. El trayecto es corto, las miradas de reojo inevitables, la conversación insustancial.

Llegamos a casa y dice que le apetece tomar una ducha rápida, le acompaño hasta el baño para indicarle el funcionamiento y donde están las toallas. Mientras le indico donde dejar sus cosas personales de aseo  me abraza por detrás, sus manos agarran mi pecho, noto su sexo erecto sobre mis nalgas. Me dice en un susurro: ¡La tengo así de dura desde que te vi! Creo que el corazón me va a estallar, acaricio su pene sobre el pantalón, lo noto duro, cálido, húmedo. Me besa el cuello, me giro lentamente y nuestras lenguas se entrelazan en un nudo mágico y sensual.

Ese indescriptible olor a sexo y sensualidad invade nuestros cuerpos. Le dejo solo para que tome su ducha, regreso al salón donde mi pareja espera. Le cuento lo ocurrido, decidimos pasar al dormitorio.

Nos desnudamos y empezamos a acariciarnos, nuestros sexos reaccionan rápidamente. Es excitante comenzar a hacer el amor con tu pareja sabiendo que alguien muy cerca se está preparando para unirse.

No tarda en llegar hasta nosotros, desnudo, cubierto solamente por una toalla que apenas le cubre y que no puede disimular una tremenda erección. Le invitamos a incorporarse. Se arranca la toalla y nos muestra su cuerpo. 

Es el cuerpo de un hombre maduro, proporcionado, armónico, anguloso. Con las huellas que el paso de los años ha ido moldeando sobre él. Nos encantan este tipo de físicos. 

Su pene no es muy largo, pero sí ancho con un glande bien definido, un tallo de venas marcadas. Sus testículos caen armónicamente dentro de un escroto rugoso y proporcionado.

Introduzco mi mano bajo sus testículos, la punta de mis dedos acarician su perineo. Percibo la proximidad de su ano cerca. Introduzco su glande en mi boca. Mis labios se cierran sobre la  corona mientras mi lengua juega con su orificio uretral. Percibo el sabor de su fluido preseminal, el calor de su sexo.

Mi pareja y yo nos abrimos dejándole el lado central de la cama, mientras mi chico comienza a jugar con sus pezones mis labios recorren su pene; me concentro en sus testículos; percibo que eso le produce un especial placer y consigo introducirlos en mi boca. Suavemente mi lengua da giros lentos, se estremece.
Bajo después por su rafe hasta alcanzar su ano. Es un ano definido, carnoso. Comienzo con pequeños besos que pronto dan paso a suaves mordiscos. 

Cambiamos de postura, él se coloca a cuatro patas sobre el pecho de mi pareja ofreciéndole su pene; yo detrás continúo jugando con su ano; ahora más marcado y dilatado que antes. Mi lengua recorre su contorno, se va abriendo paso hacia su interior. Gime de placer  pide parar pues no quiere correrse todavía.

Descansamos un ratito, los tres tumbados boca arriba en la cama disfrutando del momento vivido. De pronto se incorpora y comienza a comerse mi polla. Lo hace con delicadeza, parando en aquellas zonas donde percibe que más placer me produce. Mi chico es ahora el que está comiéndose su ano.

Conozco bien a mi pareja y sé que es  capaz de provocarte un orgasmo jugando con su lengua en esta zona. Es un maestro. 

Desde mi posición veo como una gota de sudor nace de su frente, se desliza por su nariz y cae sobre esos labios carnosos que me están comiendo la polla de forma magistral. Casi me corro. Hace calor, gotas de sudor recorren nuestros cuerpos. Estamos tremendamente excitados.


Me tumbo atravesado en la cama, él se coloca de rodillas sobre mí de forma que su pene queda a la altura de mi boca. Desde esa postura puedo ver su ano dilatado y preparado para ser penetrado.

Mi chico apoya suavemente su glande sobre él, noto como tiembla, como se convulsiona. Introduzco su pene en mi boca mientras mi pareja comienza a penetrarlo suavemente, poco a poco, siguiendo su ritmo. Pronto el enorme pene está dentro. Comienzan los movimientos acompasados, el miembro color canela de mi chico casi sale por completo para volver a entrar hasta el fondo. 

Por mi parte cierro mi boca para ofrecer a nuestro amigo un contacto total. Su capullo golpea mi garganta, con mi lengua aprisiono su pene.

Se inclina y consigue llegar con su boca hasta mi sexo, por un momento perdemos toda noción del tiempo y del espacio. El orgasmo triple es casi simultáneo.

Caemos rendidos sobre la cama, hace calor y gotas de sudor recorren nuestros cuerpos. Sudor mezclado con semen. La habitación está impregnada de ese maravilloso aroma a sexo entre tíos.

Cuando conseguimos recobrar el aliento nuestro invitado me da un profundo beso en la boca y me pregunta con una inolvidable sonrisa: ¿qué, ya se te pasaron los nervios; porque cuando veníamos hacia vuestra casa temí que te fuera a dar un infarto de lo rojo qué estabas?

Comenzamos a reír. Los tres sabemos que este es el inicio de una larga amistad a pesar de la distancia. Mi pareja y yo también sabemos que la próxima vez que tengamos una cita con otro desconocido me volverá a suceder.

martes, 17 de agosto de 2010

Saturno devorado por sus hijos

Ya he hecho alguna alusión, de un modo u otro, al tema de la mitología griega o romana.Yo mismo he desarrollado mi propia mitología de una época donde las relaciones entre jóvenes y maduros eran promovidas y los dioses eran tipos barbudos y viciosos.

Así que veo esta foto y algo en mi cerebro explota.


Si ya resulta inquietante que los dos cachorros sean una copia el uno del otro, aún lo es más que tengan una referencia estética tan clara en el osazo al que complacen servilmente.

Y sé que ahora hay incluso un cliché estético gay con los tíos calvos y con barba. Y qu emuchos buscan "tíos parecidos" en sus perfiles de páginas de contactos.

Pero insisto: yo veo ésto y me llega muy hondo. A esa habitación que hay dentro de mí con la palabra TABÚ escrita en la puerta.

lunes, 16 de agosto de 2010

Polvo muy casero

Hay mucha verdad en esta foto. Y eso me excita muchísimo.

Aquí tenemos a un hombre de verdad, con un atractivo real. Ya sabéis lo que pienso de las narices con personalidad y los hombres canosos. También de esos hombres correctos y educados que tienen un vicioso de verdad en el interior.

Poque el sudor de este hombre mientras bombea dentro del culo de un chaval es de verdad. Y la cara de placer es PURA verdad. Nada de poses. Los ojos cerrados, la posición de los labios... Este tío ha encontrado una conexión directa entre lo que recoge su polla y lo que sienten sus entrañas.

Pero lo más sorprendente de esta escena es ampliar el plano y observar los pequeños detalles que rodean a este maravilloso hombre que disfruta tan genuinamente del sexo. No sé realmente si me gustan o me repelen, pero lo que es cierto es que sorprenden.


El detalle más evidente es la omnipresente moqueta. Es un horror visual, sí. Pero resulta morboso follar aferrándose a esa textura espesa y peluda. También debe excitar pensar que todo el sudor, todo el semen derramado, formará parte de esa moqueta y será parte de esa habitación de ese momento en adelante. El olor del sudor quedará suspendido imperceptiblemente en el aire. La gente caminará sobre el esperma reseco.

Quizá para solucionar eso esté preparada la aspiradora. Justo en el centro de inicio del forcejeo sexual, con la ropa tirada alrededor. O a lo mejor es que el cuento de la limpieza es la que inició esta follada. "Hijo, o cortas el césped o quitas el polvo". "Mejor echemos un polvo".

Luego hay otros detalles incomprensibles. No sé por qué esocgieron esta orientación para colocarse, pero si yo fuera el chaval, hubiera preferido que me encararan hacia la terraza. Que te follen mientras tu mirada esta fija en esa casa de gnomos del quicio de la puerta debe ser una experiencia.

domingo, 15 de agosto de 2010

El bosque

"El bosque" suele ser el modo en que la gente se refiere a una zona de cruising. Hay zonas muy céntricas, parques en mitad de avenidas incluso. Pero la mayoría de sexo furtivo se hace en sitios remotos, de acceso complicado y con muchos recovecos para esconderse.


Para mi éste es el modo de sexo más sórdido y cutre que hay. Buscar polla entre los matorrales. Peor aún: encontrarla y aparearte de la forma más animal posible. No hay ningún rastro de civilización en esto. No son lugares construidos para el sexo. No hay vestuarios ni duchas. Ni siquiera hay la pretensión social de ir a tomar una copa y acabar con una polla en la boca. Si vas al bosque es porque la determinación de follar con un hombre te tiene completamente poseído.

Quien me siga un poco ya habrá pillado que la idea me atrae más que me repele. Hay veces en que mi masoquismo es tan extremo que me impongo a mí mismo la humillación de ser usado del modo más sucio posible.


 "Ir al bosque" para mí es totalmente diferente a "follar en el coche". He follado mucho al aire libre, pero era debido a las circunstancias. Conoces a un tío, te mola, quieres follar y váis juntos a desahogaros donde buenamente se puede. Cuando vas al bosque te exhibes y estás dispuesto a correrte con el primero que te entre.

La parte de exhibición es otro poderoso punto a favor del cruising. Me gusta mucho que me miren. Sea en la situación que sea (de activo, de pasivo, en una mamada...). Sea con la intenciòn que sea (pedir permiso para unirse, pajearse desde la distancia...). Follar es un ejercicio de ego también y la sensación de triunfo en estos casos es casi embriagadora. Me siento el más hermoso y experto actor porno si un tipo se detiene a mirar mientras me follan, aunque el que me penetre sea un ogro y el que mire un trol del bosque.


Por si no hubiera suficientes alicientes, aún queda uno más. El que más morbo me da. Los tíos que buscan sexo furtivo suelen ser los más heteros de todos. Hetero entendido como armariado, claro. Nadie que necesite otro rabo para correrse puede llamarse hetero.

Entendedme: no me gustan los heteros. Pero ya sabéis la atracción brutal que siento hacia los casados. Los bosques están llenos de hombres que, si no están literalmente casados, sí están esposados a sus creencias, cultura, religión o situación social. Son hombres que ni pueden plantearse buscar sexo siguiendo algún código lo liturgia socialmente gay: ligar en un bar, pagar la entrada de una sauna, exhibirse en una web de contactos...

Sexo sucio, furtivo, prohibido, primario... ¡Qué bien que hace buen tiempo!

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sábado, 14 de agosto de 2010

Oso ruso*

* por aquello de hacer un juego de palabras con uno de mis últimos osos...

Me encanta Dimitri. O Sergei. O como se llame. Ya lo usé para una de mis entradas. Pero guardé más fotos el día que lo descubrí y las quiero compartir.

Me encanta su corpachón peludo. Y me pusieron a mil las fotos en las que usa al chaval este como si fuera un muñequito de trapo.

Pero lo que realmente me cautivó de este osazo es su expresividad. Es exagerada, lo sé. Pero resulta algo cómica. Es hasta tierna.

Ya sabemos que el cabrón tiene un cuerpo para el pecado. Pero esa boca abierta en una O super morbosa... ¿no es un maravilloso extra?
Digo yo que en el momento de correrse el teatro es menos. Ese sudor...
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viernes, 13 de agosto de 2010

Aire familiar

Un tío follándose a otro. Por lo tierno del culito y la espalda del pasivo, parece un chaval. Por lo que se ve del otro, es mayor. Típico y tópico. Además no hay pelos ni sudor. Pero aquí pasa algo y mi mente se pone alerta.


Tenía yo razón. Maduro follando a joven. El chaval es el claro ejemplo de por qué no me atraen para nada los tíos de menos de 30 años. El maduro no es mi tipo. Tiene cierto atractivo de cara, quizá sean las entradas y ese aire de vicioso. Pero qué menos que tener cara de vicio cuando estás con la polla metido en el culo de otro.

Aún así, hay algo que me atrae de un modo extraño.


Será que el maduro de cerca gana un poco más. Su punto fuerte sigue siendo su cara. Me gustan sus morros. Su boca es una abertura tentadora. A pesar de los dientes. Esto cada vez es más raro. Incluso siento cierta excitación al ver su nariz dilatada. El chaval de cerca es realmente poco atrayente. A pesar de su carita joven con una boca tentadora y una nariz dilatada.

Oh. Espera.


¿No se dan  un aire?
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jueves, 12 de agosto de 2010

Premio de consolación


¿Sabes? Tú también me gustas muchísimo. No estás tan fibrado como el otro. Pero me encanta tu cuerpo. Y tienes mucho más pelo. Tus brazos pueden no estar tensos como cables de metal, pero tu hermosa polla promete ofrecer un nivel de dureza óptimo.

Ya sabes que tu cara me parece muy atractiva: delgada, alargada y rematada por un bigote sexy y una rotunda calvície. Y tus manos... qué decir de tus manos. Por el momento ellas me dicen que estás casado. Mmmm..

Pero él llegó primero. A ti ta daré un premio de consolación. Te daré mi boca, mi culo y mi polla para que los uses de consoladores. No llores. Si vas a soltar algun fluido, que sea tu semen.
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miércoles, 11 de agosto de 2010

Lloraría

Hay hombres TAN perfectos, que lloraría.

Decid una parte del cuerpo que no sea perfecta.

Polla

Perfecta. Aún no os he hablado de lo que me motivan las pollas circuncidadas. I like them cut. Y ese tono de piel rosado, como el de todo su cuerpo, es realmente bonito. Además, lo siento amantes del vello agreste, me parece que su vello púbico está podado al milímetro.

Brazos

Perfectos. No los necesito más anchos. Me gustan sólidos, nervudos. Ese hombro brillante por el sudor es increible. Más aún la vena que recorre su bíceps. Ese antebrazo que desemboca en una mano venosa, fina pero firme, es de esas cosas que me haría llorar.

Torso

Perfecto. Macizo y compacto. Hay tantísimos detalles que no tengo palabras para describirlos. Sólo me queda enumerarlos: los pliegues que marcan sus músculos en las dorsales, la tira de vello que desciende por sus abdominales, las dos placas que son sus pectorales maravillosamente velludos, sus pezones... La foto misma es perfecta por haber sacado la mejor perspectiva de este hombre perfecto. En el detalle de los pezones queda evidente: uno de frente y el otro de perfil. Podemos ver ambas perspectivas y excitarnos con la promesa de ese pezón erguido y duro.

Cara

Perfecta. Tengo debilidad por estas facciones: cara delgada y alargada, con una barba ligera que la estilice. Obviamente, una barba cana como la suya. También una nariz alargada y algo aguileña que contribuya a la ilusión óptica.

Podríais decir que la gorrita resulta ridícula. Pero es perfecta. 1) porque ante tanta dolorosa evidencia deja lugar para la imaginación... (((¿¿¿será calvo???))) (((seguramente sí... los calvos son los que se protegen del sol con gorras))). Y 2) porque precisamente por fuera de contexto añade un toque de realismo a la imagen.

Por eso quiero llorar. Porque este hombre existe de verdad.

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martes, 10 de agosto de 2010

Bareback: el otro lado

Generalmente me atraen las fotos de folladas a pelo por la parte de la polla. Ver un rabo sin condón en plena faena tiene un morbo transgresor. También un rollo falócrata: es hermoso ver el miembro viril en su esplendor, sin doblegarse a fundas humillantes.

En cambio el ojete es el ojete, pobre. Un ano es un ano, folles a pelo o con condón. Tienen su morbo por sí mismos, por supuesto. Pero ahí están, siempre igual. Hasta que te sorprenden:


Esto me supera. Ver un ano tan dilatado, tan disponible... Es demasiado. Intuir las entrañas de otro tío es de un primitivo que asusta un poco. Pero por primario precisamente lo disfruto tanto. Es uno de esos casos en que mi parte racional, sencillamente, mira hacia otro lado. O por lo menos finge hacerlo.

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lunes, 9 de agosto de 2010

Fetichismos: japoneses

Insisto en que no es necesario que sean realmente japoneses. Lo de mis fetichismos es sólo una etiqueta. Pero a este tío en concreto, sea de donde sea, lo rellenería de leche hasta que le saliera por las orejas.


Y me sabe incluso mal, porque tiene una pinta de buenazo que no puede con ella. Pero uno no enseña el prepucio de ese modo si sólo busca amigos, ¿no?

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domingo, 8 de agosto de 2010

Sin quitarse la camisa

Con este debería  tener una bonita relación. De vernos cada día y follar mucho. Porque me obsesiona la idea de mamarle la polla hasta vaciarle de leche ese par de cojonazos que tiene. Pero también me sabe muy mal tenerlo ahí sin desenvolver. Con los pezones a buen recaudo.

Así que éste sería el tipo de hombre perfecto al que recibir cada tarde después de su dura jornada laboral y tenerle preparadas las pantuflas, el periódico... y el lubricante. Detrás de cada sumiso hay un chico machista.

Detalles: el rictus de la boca. Lo bonita que le ha quedado la polla con esa luz.

viernes, 6 de agosto de 2010

Me lo follo

Para aclarar mi entrada anterior, un culo de los que dice "Reviéntame":


No tengo nada más que añadir.

Pero quien se recupere de esto y quiera comentar el efecto erótico del reloj o algún detalle similar, que lo diga.
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jueves, 5 de agosto de 2010

¿Me lo follo? ¿No me lo follo?

Mi predisposición a ser follado por un maduro es clara. Los machos son para hacerlos sudar. Pero hay hombres de figura poderosa que se ofrecen de un modo...


¿Lo más curioso? Que me excita sobre todo la pose. Pero para nada este mi tipo de pasivo.

Para empezar, de cintura para arriba es un dios griego (de los viejos y poderosos, no de las nuevas generaciones de efebos): la barba, su pelo cano cada vez más escaso, un torso enorme y unos tríceps desarrollados.

Luego está claro que trabaja en el gym mucho más la parte de arriba que la de abajo. A pesar de tener un muslo muy hermoso, decididamente no tiene buen culo. Corrección, porque ojalá tuviera yo un culo así: no tiene de esos culos que dicen "Reviéntame".

Cambiemos el escenario: el mismo hombre, con el traje a medio poner. La chaqueta a sus pies y la camisa medio abierta, dejando ver su torso a medias. Estoy seguro que mi ojete se abriría goloso ante esa visión.

Pero hoy, querido, te follo yo.

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miércoles, 4 de agosto de 2010

A mis queridos maníacos

Os dedico otro ejemplo de cómo los pequeños detalles pueden encender más que la más enorme foto estudiada.
De nuevo, esta foto atrapa por lo obvio. Detalles que me vuelven loco:

1) El brillo de la calva. Otra vez. Me excita mucho este tipo de calvos, los que están en ello. Y ese brillo más arriba de la sien es como un faro para mí. Se me van los ojos solos después de la llamada de su pecho peludo.

2) Su cara. Me parece un tío muy atractivo. Esos pliegues en su rostro me fascinan. Tiene unos morros super morbosos. El ceño fruncido por la parte animal que goza con la mamada me pone a mil.

3) Las manos. Al clásico componente de dominación y de controlar la mamada yo le veo un deje de cariño. ¿O estoy loco ya?

4) El brazo derecho. El tipo de maduro delgado pero algo fibrado, casi correoso, me excita mucho. Me enloquece ver un detalle de poder como ese biceps CON ESA VENA, que precede a un antebrazo maravilloso, en un maduro de físico más bien normal.

Detalles...

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